martes, 20 de marzo de 2012

LA FUERZA DE LAS CREENCIAS EN NUESTRAS VIDAS “LOS MINEROS”

ESPACIO SOCIAL Y ARTÍSTICO

LA FUERZA DE LAS CREENCIAS EN NUESTRAS VIDAS

“LOS MINEROS”

Hay una historia que dicen es verídica, que sucedió en un lugar de África.

Seis mineros trabajaban en un túnel muy profundo extrayendo minerales de las entrañas de la tierra. De repente, un derrumbe los dejó aislados del afuera, sellando la salida del túnel. En silencio, cada uno miró a los demás. De un vistazo, calcularon su situación. Con su experiencia, se dieron cuenta de que el gran problema sería el oxígeno. Si hacían todo bien, les quedaban tres horas de aire, cuando mucho tres horas y media.

Mucha gente de afuera sabría que ellos estaban allí atrapados, pero un derrumbe significaba horadar otra vez la mina para buscarlos. ¿Podrían hacerlo antes de que se les terminara el aire?

Los expertos mineros decidieron que debían ahorrar todo el oxígeno que pudieran. Acordaron hacer el menor desgaste físico posible, apagaron las lámparas y se tendieron en silencio en el piso.

Era difícil calcular el paso del tiempo, pero uno de ellos tenía reloj. Hacia él iban todas las preguntas ¿Cuánto tiempo pasó? ¿Cuánto falta?

Cada par de minutos parecía una hora y la desesperación ante cada respuesta agravaba aún más la tensión. El jefe de mineros se dio cuenta de que si seguía así la ansiedad, los haría respirar más rápidamente y esto los podía matar antes. Así que ordenó al que tenía el reloj que solo él controlara el paso del tiempo. Nadie haría preguntas, él avisaría a todos cada media hora.

Cumpliendo la orden, cuando la primera media hora pasó, él dijo “ha pasado media hora”. Hubo un murmullo entre ellos y una angustia se sentía en el aire.

El experimentado minero que tenía el reloj se dio cuenta de que a medida que pasaba el tiempo, iba a ser cada vez más terrible comunicarles el tiempo.

Sin consultar a nadie, decidió que ellos no merecían morirse sufriendo. Así que la próxima vez que les informó la media hora, habían pasado en realidad 45 minutos. No había manera de notar la diferencia, así que nadie desconfió.

Apoyado en el éxito del engaño, la tercera información la dio casi una hora después. Dijo “pasó otra media hora”… y los 5 creyeron que había pasado encerrados una hora y media cuando habían estado mucho más tiempo.

Y así siguió: a cada hora les informaba que había pasado media hora.

Mientras, la cuadrilla apuraba la tarea de rescate, pero sería difícil poder llegar antes de cuatro horas.

Llegaron a las cuatro horas y media, y encontraron vivos a 5 de ellos.

Solamente uno había muerto de asfixia…el minero que tenía el reloj.

Esta es la fuerza que tienen las creencias en nuestras vidas. Esto es lo que nuestros condicionamientos pueden llegar a hacer de nosotros.

*Cuando creemos y confiamos en que se puede seguir adelante, nuestras posibilidades se multiplican.

Tomado de Hojas de Ruta, "El camino de las lágrimas" Dr. Jorge Bucay

Ejercicio

1. ¿Qué tragedia ocurrió en una mina?

2. ¿Qué idea tuvo el experimentado minero para salvar a sus compañeros?

3. Cuenta una vez que te convenciste que algo no podías lograrlo y no lo lograste.

4. Cuenta una vez que te convenciste de que algo podías lograrlo y realmente lo lograste.