Alejandro quiso fusionar el mundo griego con las ancestrales culturas de Oriente tanto política como culturalmente: fue tolerante con las religiones locales y las costumbres de cada región. Y fue más allá: proyecto la creación de una raza universal a partir de la mezcla entre la griega y la persa; esta política recibió el nombre de homonia. Este plan se oponía al concepto griego de ciudadanía, la cual no se otorgaba a bárbaros y extranjeros.
A pesar de que alcanzó una gran extensión el imperio de Macedonia tuvo una duración muy breve. Los descontentos y las conspiraciones comenzaron cuando Alejandro adoptó ciertas costumbres políticas persas. Él y varios de sus oficiales contrajeron matrimonio con muchachas de la nobleza persa y, posteriormente, adoptó la representación divina que los persas adjudicaban a sus gobernantes.
En un ambiente tenso, desencantado e incierto, Alejandro prepaó su última conquista, la de la India, la cual no pudo lograr ya que al llegar, sus tropas temerosas y cansadas por el largo trayecto recorrido, se negaron a avanzar. Alejandro cansado y enfermo regresó a Babilonia y ahí murió. El imperio se dividió entre sus generales: Seleuco heredó una buena parte de Persia y fundó la dinastía seléucida, Ptolomeo en Egipto originó la dinastía ptolomaica y Antígono se convirtió en rey de Macedonia.
Hacia el año 327 a.n.e, y como consecuencia del establecimiento de los reinos macedénicos, surgió en la India un peque�o imperio encabezado por Chandragupta, rey de Magada, quien, uniendo al resto de los pequeños reinos de la región, fundó la dinastía Maurya, controlando la zona norte de la India.
La dinastía Maurya duró cien años, siendo el último rey Asoka, quien se encargó de propagar una religión muy importante para la India y el sureste de Asia: el budismo.
Con la muerte de Asoka, la India entró en un periodo de conflictos e invasiones que serían resueltos hasta el 327, cuando surgió una nueva dinastía del reino de Magada: la Gupta.
Durante el reinado de los guptas, del 327 al 467, la cultura india alcanzó un desarrollo notable; las matem�ticas, la literatura, la astronom�a, las artes y otras disciplinas florecieron en las universidades indias que se establecieron en dicho periodo. Sin duda, la India se convirtió en el centro de los avances científicos y culturales de aquel entonces.
El desarrollo y prosperidad de los guptas desapareció en el 467, cuando oleadas de pueblos guerreros de Asia central llamados hunos, devastaron y desmembraron al imperio.
El contacto entre los griegos y los pueblos de Medio Oriente y la India produjeron un fenómeno conocido como helenismo, el cual consistió en la fusión cultural, científica y artística entre dichos pueblos.
La India aportó a esta unión formas de pensamiento enteramente distintas a la griega, por ejemplo:
a) El hinduismo, base de la civilización india, pretendía formar una armónica e inamovible sociedad de castas donde quedaban delimitadas las funciones de sacerdotes, guerreros, productores, comerciantes, y servidores.
b) El budismo, religión que proponía el perfeccionamiento espiritual a través de la práctica de ciertas virtudes como la bondad, la caridad, la paciencia y la pureza moral.
Los griegos, por su parte, aportaron su pensamiento racionalista y su búsqueda de equilibrio, la armonía; lo primero se vio reflejado en el florecimiento de notables pensadores en las provincias del imperio; lo segundo en el arte oriental, que incorporó dichos principios a sus obras. Queda finalmente decir que el arte griego, gracias al helenismo, incorporó el realismo en sus obras, sin ocultar fealdad, vejez o imperfecciones.
La importancia del Imperio macedónico para la antiguedad clásica estribó en abrir las puertas de Asia al pensamiento griego y viceversa. El conocimiento generado por dicho intercambio permaneció mucho tiempo después de que los reinos macedónicos hubieran desaparecido. Su legado sería aprovechado y difundido por otras culturas, que formaron su pensamiento a partir de las culturas helénicas.
A pesar de que alcanzó una gran extensión el imperio de Macedonia tuvo una duración muy breve. Los descontentos y las conspiraciones comenzaron cuando Alejandro adoptó ciertas costumbres políticas persas. Él y varios de sus oficiales contrajeron matrimonio con muchachas de la nobleza persa y, posteriormente, adoptó la representación divina que los persas adjudicaban a sus gobernantes.
En un ambiente tenso, desencantado e incierto, Alejandro prepaó su última conquista, la de la India, la cual no pudo lograr ya que al llegar, sus tropas temerosas y cansadas por el largo trayecto recorrido, se negaron a avanzar. Alejandro cansado y enfermo regresó a Babilonia y ahí murió. El imperio se dividió entre sus generales: Seleuco heredó una buena parte de Persia y fundó la dinastía seléucida, Ptolomeo en Egipto originó la dinastía ptolomaica y Antígono se convirtió en rey de Macedonia.
Hacia el año 327 a.n.e, y como consecuencia del establecimiento de los reinos macedénicos, surgió en la India un peque�o imperio encabezado por Chandragupta, rey de Magada, quien, uniendo al resto de los pequeños reinos de la región, fundó la dinastía Maurya, controlando la zona norte de la India.
La dinastía Maurya duró cien años, siendo el último rey Asoka, quien se encargó de propagar una religión muy importante para la India y el sureste de Asia: el budismo.
Con la muerte de Asoka, la India entró en un periodo de conflictos e invasiones que serían resueltos hasta el 327, cuando surgió una nueva dinastía del reino de Magada: la Gupta.
Durante el reinado de los guptas, del 327 al 467, la cultura india alcanzó un desarrollo notable; las matem�ticas, la literatura, la astronom�a, las artes y otras disciplinas florecieron en las universidades indias que se establecieron en dicho periodo. Sin duda, la India se convirtió en el centro de los avances científicos y culturales de aquel entonces.
El desarrollo y prosperidad de los guptas desapareció en el 467, cuando oleadas de pueblos guerreros de Asia central llamados hunos, devastaron y desmembraron al imperio.
El contacto entre los griegos y los pueblos de Medio Oriente y la India produjeron un fenómeno conocido como helenismo, el cual consistió en la fusión cultural, científica y artística entre dichos pueblos.
La India aportó a esta unión formas de pensamiento enteramente distintas a la griega, por ejemplo:
a) El hinduismo, base de la civilización india, pretendía formar una armónica e inamovible sociedad de castas donde quedaban delimitadas las funciones de sacerdotes, guerreros, productores, comerciantes, y servidores.
b) El budismo, religión que proponía el perfeccionamiento espiritual a través de la práctica de ciertas virtudes como la bondad, la caridad, la paciencia y la pureza moral.
Los griegos, por su parte, aportaron su pensamiento racionalista y su búsqueda de equilibrio, la armonía; lo primero se vio reflejado en el florecimiento de notables pensadores en las provincias del imperio; lo segundo en el arte oriental, que incorporó dichos principios a sus obras. Queda finalmente decir que el arte griego, gracias al helenismo, incorporó el realismo en sus obras, sin ocultar fealdad, vejez o imperfecciones.
La importancia del Imperio macedónico para la antiguedad clásica estribó en abrir las puertas de Asia al pensamiento griego y viceversa. El conocimiento generado por dicho intercambio permaneció mucho tiempo después de que los reinos macedónicos hubieran desaparecido. Su legado sería aprovechado y difundido por otras culturas, que formaron su pensamiento a partir de las culturas helénicas.
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